La ciudad de
Badalona, a menos de 9km de Barcelona, es la tercera ciudad de Catalunya. Con
una población que llego a alcanzar casi el cuarto de millón de habitantes, que en la actualidad no llega a los 220.000, también tuvo una de las políticas de
juventud más avanzadas y comprometidas de toda Catalunya. Hoy apenas queda nada
de eso.
Con las decisiones del nuevo regidor del Partido popular, se ha producido un desmantelamiento de la política de juventud hasta quedar institucionalmente diluida. Un modelo que había sido referencia para muchas ciudades del área metropolitana de Barcelona, curioseada por políticos de diferentes lugares de España, e incluso visitada y estudiada por técnicos de distintos lugares de Europa. En la actualidad "la politica de juventud" se reivindica desde la sociedad civil frente al espaldarazo municipal. Curiosamente en un momento en que los estados de la UE tienen entre sus prioridades a la juventud en ámbitos como la creación de puestos de empleo, la formación, y la educación no formal. A continuación voy a tratar de explicar las claves de este retroceso y sus consecuencias, que han convertido de nuevo a Badalona en un ejemplo de prácticas en políticas de juventud, pero en este caso de malas prácticas.
A principio de los años 90 Badalona
decidió poner orden y rumbo a las políticas de juventud, para abordar un plan
director que uniese diferentes directrices socioeducativas;
- lucha contra el absentismo y el fracaso
escolar, reforzando las actuaciones conjuntas entre los ámbitos curricular y no
formal,
- capacitación de los jóvenes en
competencias básicas validas para el mercado laboral,
- fomento del asociacionismo como vertebración
de los barrios y por ende de la ciudad,
y apoyo a las potencialidades y
inquietudes juveniles en ámbitos como la cultura, el deporte, y la acción
social. Este plan de actuación se instó bajo el paraguas de la educación no
formal y gestando un proceso de partenariado con la educación formal.
El pivote central de esta actuación fue
una red de seis casales de jóvenes, ubicados en diferentes barrios de la
ciudad, con la intención de llegar al máximo número de jóvenes, y compartir un
proyecto común, llamado Vadajoves (una nueva metáfora que indicaba que esto iba
de gente joven). El programa tenía una clara sensibilidad hacía los barrios más
populares de la ciudad. El éxito de
esta actuación se fraguó por qué la administración pasó meses discutiendo la
estructura, contenidos, y metodología con las entidades juveniles del momento,
hasta llegar a un gran consenso de cómo iniciar esta nueva etapa, dónde se
reconocía que los jóvenes y sus organizaciones tenían mucho que decir. Como
complemento a este epicentro neurálgico del Vadejoves, y también con la
complicidad de las entidades de la sociedad civil, el Ayuntamiento desplegó
otras importantes líneas de actuación en su política de juventud, de
forma complementaria y gravitatoria a los casales, como fueron; la creación de
los puntos de información juvenil en los institutos de secundaria, las salas de
estudio nocturno en las bibliotecas públicas, y el acceso a subvenciones para
programas puntuales o de curso anual. Además se fomentó el trabajo transversal
con diferentes áreas como promoción económica y laboral, cultura, educación y
deportes. Se articuló una política
de juventud, donde los beneficiaros eran los jóvenes y la ciudad, con la
implicación y responsabilidad horizontal de las entidades juveniles y la
administración pública, pero con un reconocimiento de subsidiaridad en la
responsabilidad de todo este proceso por parte del Ayuntamiento.
Articular este antes y después en política
de juventud supuso varios retos. Las entidades juveniles tuvieron que dejar de
pensar de modo territorial y hacerlo en clave de ciudad, lo cual no fue fácil
por la desvertebración social que padecía ya la ciudad en aquel entonces.
También tenían que crecer como organizaciones y mejorar su eficiencia y
eficacia no solo en su ámbito de intervención directa, la educación no formal,
sino que también en aspectos desconocidos para estas como la gestión
organizativa. De igual modo
no fue nada fácil para el Ayuntamiento, se tuvieron que romper antiguos
estereotipos sobre la gente joven, pasotismo, antimunicipalismo, falta de
madurez, pero lo más importante conseguir ver a las entidades como un fin en si
mismas, y no como un instrumento de permeabilidad a las políticas de partido.
En este proceso fue determinante la validez de los técnicos/as municipales que
lideraron la propuesta y la de los políticos/as que tomaron la decisión.
A pesar de que el reto era
prometedor y generó muchas expectativas, el camino no fue fácil ni carente de
dificultades, porque progresar
socialmente nunca es fácil. Solos llegamos donde queramos, juntos es más
complejo, pero también más necesario. Finalmente la determinación que formaron
los cimientos, y las causas que motivaron la propuesta perduraron más allá de
los problemas y crisis desencadenadas. De
esta manera, Vadejoves se convirtió en el estandarte de la política de los
programas de juventud en Badalona. Aquel entonces fue un momento en
el que los políticos de juventud compartían mesa de trabajo con los jóvenes y
las entidades, por primera vez en la historia social de Badalona había una
política de juventud veraz y a pie de calle, más allá de miss camiseta mojada,
o trabaja un día de Papa Noel.
En la legislatura municipal anterior a la
actual, apareció la crisis. Como en otros tantos sectores también hizo estragos
en las políticas de juventud. A su vez se produjo un cambio de sensibilidad
técnica y política respecto a los antecesores. No fue un abandono ni un cambio
de directriz, pero sí que se notó lo suficiente, debido a la capacitación técnica
y el convencimiento del discurso político. Aún así, Vadejoves continuó, con
menos recursos y apoyo, pero se mantuvo. Fue la primera prueba para comprobar
la sobre determinación de las entidades que estaban detrás.
Con la llegada del Partido Popular, hace
ya más de tres años, al
gobierno en solitario de Badalona, la situación de las políticas de juventud
cambio al extremo opuesto. La política de juventud quedó falta de rumbo y en
dejadez absoluta hasta la inanición. Esto se ha debido principalmente tres
factores; En primer lugar la falta de dedicación, motivación y interés en
temas de juventud por parte del regidor delegado, y como muestra su falta de
dialogo con las entidades que trabajan con y para los jóvenes. Unido a su falta
de experiencia y capacitación para temas sociales. En segundo lugar la
indiferencia política del resto del consistorio, a pesar de que voces de
compañeros de su partido le han intentado corregir su rumbo no han sido capaces
de conseguirlo. Han optado por obviar meses de manifestaciones en la calle, dos
mociones a las políticas de juventud, un pleno extraordinario y el descontento
generalizado en sectores de la ciudad como entidades, comunidad educativa,
vecinos etc para declararse en contra del Pla local de Juventud que quiso aprobar
el consistorio. Suficiente para hacer dimitir al regidor de juventud. El tercer factor, la escasa preparación de la
dirección técnica del área y su actitud de oposición al tejido social en vez
busca de complicidades. Una dirección técnica de aquellas que se consiguen de forma meteórica y no por méritos de experiencia,
servicio, y cualificación.
De esta manera se ha desmantelado la
política de juventud de Badalona, objeto antes de nuestro orgullo. Cierres de
las salas de estudio y acceso a las nuevas tecnologías, reducción de la
subvenciones a proyectos culturales como el concurso de música, espaldarazo a
las actividades artísticas en general. Abandono del apoyo a las actividades de
tiempo libre, y sociodeportivas. Desaparición de los puntos de información y
clubes juveniles en los centros educativos de secundaria. Y ahora toca la
culminación de la obra, el cierre del programa Vadejoves, con el consecuente
cierre del programa de casales. Las
consecuencias de clausurar la política de juventud están siendo múltiples, más jóvenes en la
calle a los pies de la multinacional de la droga, incremento peligro de
exclusión social, carencia de lugares para el recogimiento y encuentro de los
jóvenes, desatención de los jóvenes que fracasan en el sistema escolar, falta
de apoyo a los que buscan un puesto de trabajo, dificultades de cooperación
entre la educación formal y no formal, y lo que sería un largo etcétera,
etcétera. Todo esto especialmente en barrios que tienen la tasa fracaso escolar
y de desempleo juvenil más
grande de la UE.
Como se puede comprobar hemos pasado de
tener una política de juventud abanderada ha no tener nada. Entonces cuando
alguien pregunta y dice, como estáis en Badalona? respondemos; - afligidos,
desconcertados, consternados, impotentes, ante la irresponsabilidad de un
ayuntamiento que gobierna en minoría, que no oye, que no escucha, y que no
quiere ver. Que dice que va a tirar adelante un plan director de juventud que
no aprueba el Consell de la joventut, las entidades, la oposición, ni la
sociedad civil. A menos de dos meses para la cita electoral municipal del 2015
esperamos y es necesario que Badalona experimente un cambio de sensibilidad
profunda en materia de juventud, al menos para que las cosas vuelvan
a ser como fueron una vez en Badalona. El
próximo 25 de mayo no podemos olvidar lo que ha sucedido y los responsables de
todo lo relatado.
El futuro que ya es presente es vuestro no os desanimeis
ResponderEliminarviendo como esta la realidad de nuestra ciudad. lo unico que se me ocurre es parar pero de forma firme y esperar. si esperar pero con los cimientos bien cuidados pero hay otras cosas que no pueden esperar y es la labor que estabamos haciendo con los jovenes y no ten jovenes de nuestros barrios, algo que nos preucupa pero siendo realista y viendo el tipo de gobierno que tenemos solo me queda esperar aver si pasa el mal tiempo para volver a hacer lo que mas nos gusta y es no sembrar el vacio en nuestros jovenes y hacerles utiles para ellos mismos y para sus propios barrios.
ResponderEliminarEL TRABAJO DE MAS DE 20 AÑOS NO SE PUEDE IR ASI.
ABDELAHE ALI