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miércoles, 20 de junio de 2012

EL FINAL DE LAS INCERTIDUMBRES


El final de las incertidumbres





Tengo la impresión de que estamos sufriendo la agonía de un modelo  socioeconómico que hemos mantenido durante varios siglos de funcionamiento, y que ha regido el funcionamiento del planeta.  Aunque verdaderamente me gustaría pensar que se abre paso a una nueva Era más humanista. La realidad es que fenómenos  como los incrementos exponenciales de refugiados, el efecto invernadero, o el incremento de la pobreza extrema en el planeta no hacen presagiar nada bueno.

El capitalismo de mercado triunfó sobre la alternativa comunista, pero el coste del éxito ha sido la propia fagocitacion. Su máxima se representa actualmente en qué el capital pulveriza a  los estados y posteriormente interviene para recomponerlos a su interés y controlarlos. Frente a esta realidad la pregunta es si existe alguna alternativa viable a la actual distribución de la riqueza. La propuesta debería de ser obligatoriamente de carácter estructural, más allá del inmovilismo institucional y de las escaramuzas desesperadas de los movimientos civiles que tanto cuestan en transformarse en cambios estables. Einstein nos dijo; “… ante la crisis, difícilmente cambiaremos nada si seguimos haciendo lo mismo”. 

El obrero que vivía del usufructo del sudor de su frente ha descubierto que sin el bien preciado del trabajo queda excluido y marginando socialmente. Hoy es un parado que ha cambiado el crédito del coche y las fotos de los paraísos vacacionales, por la renegociación de deudas, y la visita en busca de ayuda a las ONG ‘s caritativas que antes cuestionaba y criticaba, en posición aburguesada. Su dignidad se ha atomizado en las estadísticas del desempleo y servicios sociales. El sufrimiento es reducido a una cifra fácil de manejar. Los números son manipulables a todos los niveles, incluso hasta el punto de poder hacerlos desaparecer. La arquitectura numérica, inductora de deshumanización, no tiene cara, sentimientos, ni ningún tipo de asociación humana, por lo tanto es operable hasta el infinito. Los datos objetivos no admiten la subjetividad del malestar. 

El nivel de desempleados aumenta en todo el mundo, y los que acceden a un empleo es a cambio de la reducción exponencial de sus derechos laborales y su salario. Se llama brasiñealización del trabajo, también deslocalización. Un operario de Roca en Gavà puede ganar hasta 1.500 euros, por el mismo trabajo en Settat, Marruecos se llega a los 500. Se entiende?, No? Tal vez con el ejemplo del magnate del juego de apuestas, Sheldon Adelson, se pueda visualizar mejor. Mientras él trata de seducir a los gobiernos con su gran propuesta de creación de puestos de trabajo, en los países pudientes de la Unión Europea ni siquiera escucharían las propuestas de esta nueva modalidad de rapacidad laboral y sodomía legal hacia el estado. No hay indicios fiables de que se pueda detener la sangría de pérdida de puestos laborales, o que los derechos de los trabajadores no sigan reduciéndose, a menos de que continúe siendo a base de guerras y expolios. El trabajo se ha convertido en un bien más que preciado, “quién tiene un trabajo tiene un tesoro”. 

Trabajar no solo dignifica la vida de las personas, en un sistema económico como el actual, sino que proporciona el  acceso a las necesidades básicas; alimentación, cobijo, sanidad, educación, asistencia social, protección. Si la capacidad de producir puestos de trabajo está en un decrecimiento irreversible, no quedará más remedio que repartir, de lo contrario habrá que construir más bancos de alimentos y más albergues para indigentes, que tampoco garantizan soluciones algunas. ¿Cambiaria usted su menú del día por el bote de conserva de ayuda humanitaria? . ¿Y su casa por la habitación en un albergue para indigentes? .

El lema “máximo consumo, máximo empleo” debería de ser guardado en  el museo de la idiotez humana. Es imposible creer que a medida que el hombre avanzaba tecnológicamente y buscaba el abaratamiento de la producción, podría mantener los puestos de trabajo y por ende cualquier pretensión social vinculada. No obviemos que para que actualmente sea factible que una minoría planetaria viva en opulencia, es necesario que una gran mayoría lo mantenga desde la pobreza, la falta de derechos, y la esclavitud. Países con los mejores recursos naturales como Guinea Ecuatorial, Brasil, o el Congo entre otros, mantienen su población endémica en la miseria para que en occidente la bolsa cotice a la alza y el consumidor busque la felicidad en cada objeto que compra. Por otra parte, los recursos naturales son finitos y la biodiversidad del planeta ya ha dado repetidas muestras de su agotamiento y consecuencias. Pensemos por un momento en que si cada ciudadano africano tuviese acceso una nevera para abrir, que le proporcionara alimentos o medicación. El planeta energéticamente saltaría en pedazos.  ¿Esto no debería de ser un derecho para cualquier persona como lo es para nosotros? Si actualmente en el mundo tenemos más de 450 reactores nucleares, con el riego planetario que suponen; Fukushima, Txernobil, Harrisburg, cuantas reactores necesitaríamos para abastecer de electricidad a todo el planeta? Pregúntenles a los refugiados saharauis de Tindouf (Argelia) que tal la vida a más de 45º y a cero 0º en las noches de medio año, que tal les vendría de abastecerse de electricidad.

El comunismo también fracasó, los experimentos asiáticos y los intentos de Europa del Este, entre otros, mostraron que hay un factor humano innato que impide el sueño de la igualdad entre proletarios del mundo. En la Europa rica los trabajadores se ilusionaron con ser burgueses, muy pocos se preocuparon de sus coetáneos del llamado sur. Su cara amable eran las Ongs que con la mano izquierda trataban de reconstruir, lo que la mano derecha de quién mayoritariamente las financian defenestraban previamente. ¨Los Derechos laborales y sociales de unos se construían a costa de  la pauperización de “compañeros, hermanos, colegas y compañeros”. 

Entonces, si el comunismo fracasó y el capitalismo se convirtió en incontrolable, que alternativa queda? Hasta hoy es innombrable, pero no por ello inexistente, mantengo que hemos llegado al final de las incertidumbres sobre la capacidad de los sistemas socioeconómicos que conocemos. Para aspirar a un cambio de modelo más equilibrado es imprescindible promover también un giro copérnico de valores culturales. Hoy en día hay muchas personas que aspiran a este cambio, que lo tratan de promover, organizaciones sociales que no solo son activistas si no que reflexionan, nuevos sistemas de organización, y partidos que tratan de regenerarse. Pero más allá de los cotos particulares habrá que establecer límites y algunas leyes mundiales, de implantación como la ley del incesto, que sea para todos, y poder así preservar la civilización con el peso de toda su expresión, si es que aceptamos que todos y todas tenemos los mismos Derechos.  
          
* Es necesario limitar el enriquecimiento a costa del empobrecimiento, por lo tanto habría que comenzar por proscribir las condiciones miserables, para las personas y los pueblos.

· * Sancionar duramente la corrupción. 

·          Repartir el trabajo, como instrumento de acceso a los Derechos fundamentales y a la autorealización de las personas.

·* Reconocer que la Naturaleza nos marca unos límites necesarios para la preservación del planeta que son indiscutibles. Los fenómenos derivados de los desastres naturales y tecnológicos son evidentes, hambrunas, epidemias, crisis nucleares, efecto invernadero, etc.

Abandonar la lógica utilitarista y promocionar el establecimientos de más y nuevos vínculos entre las personas.

 Para conseguir un cambio de paradigma, orientado a un bien compartido será necesario empezar a promover una revolución cultural en profundidad. No habrá posibilidad de cambio estructural si no hay cambio en las mentalidades individuales, y  en el carácter social de las comunidades. Como contrarrestar al factor innato que nos ha conducido hasta este momento sociohistórico? Hay que ser activamente autocríticos, reinventarnos continuamente para acercarnos más a las leyes antes propuestas. Es necesario  que nos autoexijamos para avanzar como civilización. Mostrar las caras de la exclusión, concienciar, y castigar por ley los excesos, comprometernos con el bienestar ajeno, y  apostar por la educación. Ser ineludiblemente comprometidos por combatir las causas anteriormente señaladas. No se trata del máximo beneficio y bienestar para el máximo de gente, sino que se trata del como hacer llegar el bienestar para todas las personas del planeta.


Es cierto que algunos auguran que el capitalismo puede regenerarse o mutar en nuevas formas, para volver a dotar de riqueza y oportunidades a los que se entreguen sin medida a la redención de las restricciones económicas. Más allá de la seducción de este canto de sirenas habría que volver a pensar sobre el precio que corresponderá pagar; guerras civiles, masacres étnicas, desastres naturales, conflictos armados internacionales, terrorismo a gran escala, etc, etc.  Es fácil ver afectada la vida de los otros vía satélite, pero hay que pensar por un momento que cualquier día podremos ser nos-otros los que podríamos ser los protagonista en  la pantalla. Hasta que no seamos capaces de iniciar este proceso empático de compromiso no podremos avanzar en el sendero a trazar más allá de las incertidumbres.

3 comentarios:

  1. Reflexión muy acertada...y utópica, pero que comparto

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  2. Salva, totalmente de acuerdo contigo, pero yo creo que tal y como decía Hobbes "hommo homini lupus est", es decir que el ser humano es un lobo del ser humano, no creo en el concepto del hombre de Rousseau "el hombre es bueno por naturaleza y la sociedad lo degenera".
    Por lo tanto, aunque como te he dicho al principio que estoy totalmente de acuerdo contigo, pienso que es quimérico

    Tu amigo
    David (Xatu)

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  3. Hola Ferran y Xatu, desde el día que descubrí que todo comienza en la cabeza, en la cabeza de un hombre, nada me parece imposible. Tal vez nos ponemos demasiadas barreras en nuestra mente y erramos las elecciones de lo que tiene que ser y lo que no tiene que ser.
    Por otro lado este artículo pretendía hablar de la responsabilidad colectiva, pero siempre construida desde la suma de las responsabilidades personales. Las decisiones de los demás no deberían de ser la excusa para nuestras determinaciones. Haz lo que debas…!

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